Al anochecer, la luna ilumina los picos de los minaretes, las cúpulas de las mezquitas y las puertas monumentales de las medersas de las ciudades de la Ruta de la Seda. Khiva, el oasis de Khorezm, Bujará, la belleza del espíritu, y Samarcanda, la perla de Transoxania, le sumergirán en una atmósfera digna de "Las mil y una noches".
Un viaje lleno de contrastes, que combina la sincera hospitalidad del pueblo uzbeko, el descubrimiento de un rico patrimonio cultural y la travesía de los grandes desiertos de Asia Central.