Nuestro viaje a las Azores nos brindó la oportunidad de descubrir las islas de Fayal y Pico, con paisajes magníficos y muy diferentes, pero sobre todo una población portuguesa amable y acogedora, cuya calma cotidiana fue una grata fuente de descanso. El alojamiento (bed and breakfast y casa tradicional) fue muy agradable y los intermediarios locales estuvieron siempre disponibles y sonrientes: en cada ocasión, alguien se tomó la molestia de darnos información clara sobre los lugares, las actividades y los trámites. Asimismo, el equipo de CW Azores, responsable de las salidas marítimas (buceo con delfines, observación de cetáceos), está formado exclusivamente por especialistas, todos motivados por la pasión por la fauna marina que les encanta compartir con nosotros, y atentos tanto al bienestar de cada uno como a las preguntas de todos: cada excursión fue un verdadero momento de descubrimiento y comprensión del mundo marino (varios delfines, cachalotes saltando, peces voladores frenéticos, cagarros planeando, tiburones en tránsito). Estamos completamente satisfechos y las Azores serán sin duda un lugar al que volveremos muy pronto para disfrutar de la serenidad de las islas.

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Si tuviera que matizar este elogio, que no deja de ser sincero, diría que el punto que hay que revisar es el ruido en el alojamiento:
- en Horta, la habitación de invitados tenía todas las cualidades que esperábamos, pero la ventana que daba a la calle principal y el ruido de los coches sobre el empedrado nos hicieron madrugar mucho (de verdad);
- en Pico, el alquiler era absolutamente maravilloso pero los ladridos agudos casi constantes (día y noche) de los perros del vecino eran una verdadera molestia. Mientras agradecíamos a nuestro encantador anfitrión con un mensaje que dejamos en la casa, le informamos de este inconveniente.
A pesar de ello, disfrutamos mucho de la mayor parte del viaje y estamos encantados con nuestra experiencia en Azore. Gracias por vuestra disponibilidad y organización.