Estoy encantado con esta semana de ayuno acompañado por Graziella. Era la primera vez para mí. Al final del ayuno, me siento como una persona nueva. Me sorprendió comprobar que mi cuerpo se estaba acostumbrando a no comer. La amable guía de Graziella me ayudó mucho a escucharme a mí misma, con mucho amor, ¡y eso es genial! Me sentí muy feliz de darle un descanso a mi cuerpo y de experimentar el ritmo más lento que conlleva el ayuno, realmente me sentí más cerca de mí misma. Y lo que también noté fue que podía decidir lo que era bueno para mi cuerpo, sin estar atrapada por las creencias que tenía sobre la comida. No hay nada mejor que la experiencia para aprender. Cuando volví del ayuno, también necesitaba aligerar mi equipamiento, así que ordené mis armarios y cajones... Fue estupendo poder despejar mi entorno. De hecho, lo que hice por mi interior lo hice naturalmente por mi exterior. Qué regalo ha sido esta semana, llena de experiencias que me han hecho verme mejor oyente y más respetuosa conmigo misma. Muchas gracias Graziella por esta maravillosa semana y por las actividades que nos has ofrecido. ¡Nos vemos pronto para otro ayuno!